Por Luis Albornoz
Este fin de semana largo la comarca andina abre sus puertas para recibir a personas de todo el país (Bs As., General Roca, Comodoro Rivadavia, etc.), que nucleados en grupos de autoayuda de pacientes y familiares oncológicos. Estarán compartiendo, debatiendo, la problemática del cáncer. Pero por sobre todas las cosas celebrar la vida, rodeados de esta belleza sin igual.
En estos encuentros se comparten experiencias de vida, talleres, mesas redondas, se entre mezcla, se integra la ciencia, los conocimientos de los profesionales de la salud, y la experiencia de cada uno que transita por esta vivencia de vida, se baila, se canta, se hace teatro, se pinta. Centralmente, se comparte amor, solidaridad, se trabaja por poner el sistema de salud al servicio de la gente, hacerlo más humano. Estos son pequeños gestos que nos permiten seguir teniendo sueños, esperanzas, y utopías compartidas.
Es el esfuerzo de mucha gente, que trabaja denodadamente para financiar los costos de traslado, y organización.
Es gente que es así, tan necesaria.
El Cáncer no es la enfermedad de una célula o un tejido, acecha a todo el organismo. Un paciente oncológico está inmerso en el tejido de nuestra sociedad. La soledad, el abandono y el desamor profundiza el dolor y, por el contrario, el apoyo de amigos y familiares, no solo mitiga el sufrimiento sino que sana. Uno de los organizadores manifiesta en su logo que “El Amor Sana”. Posiblemente la misma fuerza interior que nos enferma, también nos puede hacer recuperar la salud. Parece ser que el encuentro con amigos es una forma de conjurar el cáncer y da a los pacientes una energía vital, capas de remitirlo.
Escuela Nº 41, Las Golondrinas 7, 8 y 9 de Octubre.
Editoriales ANP
