Bariloche (Izquierda Socialista).- En los últimos meses, la comunidad de Bariloche y la región ha sido testigo de lamentables pérdidas de vidas humanas y de casos de golpes y torturas a jóvenes de Bariloche.
Repudiamos el asesinato del médico Neumann en El Bolsón, el abogado Castillo en Dina Huapi y los jóvenes Diego Bonnefoi, Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas, en El Alto.
El caso de estos tres jóvenes tiene el agravante de que han sido ultimados como consecuencia del accionar policial, y de la continuación de una política represiva que no duda en matar a mansalva cuando se trata de jóvenes humildes y trabajadores.
A esto se suma, varios jóvenes heridos de bala por la policía, el caso de las torturas por parte del BORA a varios jóvenes, con rotura de un brazo en el caso de Mario Cayún.
Al cumplirse dos meses de los crímenes del Alto, desde Izquierda Socialista llamamos a participar en la movilización y posterior exposición de fotos y charla debate de Paula Quinteros, el martes 17 de agosto, partiendo a las 17:30 horas desde Onelli y Brown, exigiendo juicio y castigo a los responsables de los tres asesinatos, la remoción de los responsables políticos de estos hechos y el desmantelamiento del BORA, como veníamos exigiendo desde Izquierda Socialista.
Por cambios profundos
La política nacional, provincial y municipal ante la pobreza, la desocupación y la marginalidad consiste en reprimir y perseguir. No existe ningún plan que garantice trabajo, ni vivienda digna ni apoyo social y pedagógico para los jóvenes de nuestra sociedad.
La mayoría de los profesionales del área de promoción familiar de la provincia de Río Negro están becados o con contratos precarios, cobrando sueldos muy inferiores a la canasta familiar.
Debemos exigir una mayor inversión de la provincia en estas áreas de contención social y en educación y salud.
Por otro lado, es necesario el desmantelamiento del aparato represivo y de organismos especiales como el Bora además de profundos cambios en la policía con un reglamento que les prohíba reprimir al pueblo, que les permita sindicalizarse y que los comisarios sean elegidos por el pueblo como existe en varios países, y que su educación incluya los conceptos básicos de derechos humanos.
También, los puestos de vigilancia de cada barrio deben ser discutidos con los vecinos del barrio, en asambleas abiertas.
Mientras que la solución de fondo de la seguridad ciudadana está en garantizar trabajo, salud, educación, justicia y salario digno para todos, en estos dìas debemos seguir reclamando juicio y castigo a los asesinos de los tres jóvenes.
Editoriales ANP
