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miércoles, 9 de junio de 2010

BUENOS AIRES: SALIÓ TIEMPO ARGENTINO

(Agencia Walsh).- En tiempos de discusión sobre la nueva Ley de Radiodifusión el gobierno y sus defensores hablaban de más democracia. En tiempos de crisis de los trabajadores de prensa en todo el país se funda un nuevo diario. Un análisis de Tiempo Argentino, el nuevo vocero gráfico del kirchnerismo.


Nicolás Scipione para Agencia Walsh


"Los acontecimientos sociales no son objetos que se encuentran ya hechos en alguna parte en la realidad y cuyas propiedades y avatares nos son dados a conocer de inmediato por los medios con mayor o menor fidelidad. Sólo existen en la medida en que esos medios los elaboran."
(Eliseo Verón, Construir el acontecimiento. 2002)


A rodar


Desde el 17 de mayo de 2010 ha salido a la venta un nuevo periódico. Se llama Tiempo Argentino y es solventado por el gobierno a través de la empresa Ultrakem S.A. Esta publicación obedece, en primera instancia, a la lógica que tienen los demócratas del gobierno y la transversalidad sobre la prensa. ¿Por qué el gobierno pone dinero e ímpetu en un nuevo medio que le responda a sus intereses políticos y económicos y no asegura la solución del conflicto del diario Crítica de la Argentina?, ¿por qué no interviene en los demás conflictos gremiales de prensa?, ¿por qué su lucha es contra lo que dice Clarín y no sobre la forma de contratación del grupo monopólico? ¿por qué no hace cumplir el estatuto del Periodista?. Para ellos la única forma posible de enfrentar al monopolio mediático es creando un espacio donde se escuche o lea lo aparentemente opuesto sin importar la fidelidad ante los hechos, los debates y las diferentes perspectivas. Por eso los cambios de formato en la televisión de Canal 7 (observable es el nuevo lugar de símbolo y "auto bombo"que tiene el programa 6.7.8), por eso la aparición de Tiempo Argentino.
La agenda es algo que impone el poder hegemónico. Más allá de que a veces podemos filtrar nuestras voces, lo que aparece en los medios masivos de comunicación es lo que el poder hegemónico opina y quiere difundir sobre el mundo y el único objeto de los medios como Tiempo Argentino es responder (o jugar fichas propias) a esa imposición. Suponer que eso es lo que se llama "democratizar los medios" es ingenuo o interesado. Además es, por un lado, estigmatizar al público en el lugar de idiota que todo lo que le dicen lo cree (aunque se le diga que se va contra eso mismo) y, por otro lado, desconocer que hay otros ámbitos de socialización que no siempre son masivos.
El precio al público es, hasta el momento, de $2,50, aunque a los dueños de los puestos de diarios le cobren $2,70 por ejemplar. Es más barato que cualquier otro diario de tirada nacional aunque habrá que esperar que los dueños del diario terminen de arreglar algunos problemas con la empresa Papel Prensa para ver su precio definitivo. No es casual, además, que Tiempo Argentino tenga problemas de distribución y que sea difícil encontrarlo fuera de la zona céntrica de algunas ciudades importantes como Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Hasta que se pueda negociar la distribución esto difícilmente cambie. Los intereses de la distribución de diarios y revistas en la Argentina, me animaría a decir sin miedo a errar, son tan custodiados como los intereses del gremio de camioneros.


En la trinchera


En tiempos de guerra contra el Grupo Clarín y por el poder del Papel Prensa poner a rodar un nuevo medio de comunicación no es más que una nueva ficha en el tablero de las disputas políticas entre el kirchnerismo y sus detractores poderosos. La disputa es una disputa entre empresas. Entre el Grupo Clarín y el incipiente armado de un multimedio del gobierno. No es casual, así, que Tiempo Argentino tenga tantos parentescos estéticos, de formato y de construcción de la noticia con su archí enemigo Clarín . No es casual que salga en estos días donde Guillermo Moreno va a discutir la propiedad de Papel Prensa (que dicho sea de paso parece ser hasta el momento el tema más importante en la Argentina para Tiempo Argentino por la insistencia y extensión en el tema). No es casual que se publique constantemente que los únicos culpables de todos los males de nuestro país sean Macri, la UCR, Carrió, el PJ disidente, los militares golpistas (parece que para el diario hay de los otros), etc. No es casual que no existan denuncias o acusaciones contra el gobierno Nacional ni que las posturas que defiende Cristina aparezcan como legales o naturales: "La empresa Edesur dejó sin luz a 400 mil vecinos"; "Dictamen clave a favor de la nueva Ley de medios"; "El bicentenario ya es una verdadera fiesta popular"


Las tapas/ tapones


Las tapas y las dos primeras páginas de Tiempo Argentino (en un medio masivo suelen ser lo más importante porque es lo primero que se ve), parecen decir todos los días lo que Cristina nos quiere decir sobre lo que pasa. Son los tapones que se le quieren poner a la agenda mediática. La publicación trata de día a día de marcar su diferencia con la agenda que marcan los medios. Rebatir las posturas de Clarín, La Nación, canal 13 parecen ser los únicos objetivos. Podríamos entender que esto no es un problema porque cada uno puede poner en su diario lo que le parece, pero que eso sea una estrategia frente al monopolio del Grupo Clarín es un problema. Es un problema porque, como mencionábamos más arriba, o se cree, ingenuamente, que se puede cambiar la agenda mediática que por definición es hegemónica o porque se están jugando intereses de unos poderosos contra otros.
En las tapas hay siempre un título para cada tema. Sobre política nacional y de los diferentes distritos, deportes, policiales, sociedad, internacionales, como en todos los llamados diarios burgueses del mundo.
Pongamos la lupa sobre alguno de ellos: La política nacional donde por lo general se presenta a la Iglesia o a ciertos opositores como "culpables de todo": "Repudio a la gestión de la Iglesia por una amnistía"; "Temerarias afirmaciones del presidente de la UCR"; "La presidenta no va al Colón por los `agravios' de Macri". La política de la ciudad de Buenos Aires que, además de parecer la única localidad importante en estos pocos números del diario, siempre tiene un culpable que es el Gobierno de la Ciudad: "Salud: colapso de la guardia del Hospital Garraham"; "Oyarbide investiga los teléfonos de Macri"; "Hay 15 mil personas sin hogar en la ciudad". Hagamos sólo algunas preguntas al aire surgen de estos tratamientos de la noticia: ¿Cristina Fernández no tiene posiciones políticas que no va al teatro Colón porque fue agraviada?, ¿el Hospital Garrahan colapsó el 1ro de junio de 2010?.


Cierre/ Contratapa


Una última observación, entre las tantas que dejamos de lado, es sobre la contratapa. Donde el manual de los medios masivos dice que debe encontrarse un espacio distendido ante la "cruel verdad", Tiempo Argentino nos presenta unas tiras cómicas, un crucigrama y una mixtura de lo más extraña. Se conjugan en esa última página las reflexiones de Bernardo Stamateas y tres viñetas diarias de El Eternauta de su versión original. Quizás las recomendaciones para vivir mejor de Stamateas tengan puntos en común con la propuesta de leer El Eternauta, la historieta más importante de la Argentina, en pedazos diarios. El punto en común es no llegar a ninguna conclusión.
Cuando se habla de retórica antigua y moderna o cuando se analiza el discurso se hace hincapié en la importancia de posicionarse claramente en un cierre. La conclusión de un discurso debe ser clara para que se preste lo menos posible a la discusión.