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lunes, 15 de febrero de 2010

JUJUY: EMBAJADOR EN BOLIVIA USURPA Y DESMONTA TIERRAS DE FAMILIAS CAMPESINAS

(Prensa de Frente).- Un emprendimiento de la empresa CRAM SA tiene permiso para desmontar alrededor de mil hectáreas para la producción de poroto y soja transgénica en tierras donde por generaciones viven familias campesinas. Horacio Antonio Macedo, el actual embajador argentino en Bolivia y su hijo son parte de la empresa que desconoce los derechos ancestrales de las familias y ya avanzó en el desmonte de 200 hectáreas. A continuación reproducimos una nota realizada por el colectivo Caminando.

Como trabajador@s contratados precariamente por el Estado nacional y trabajador@s rurales organizados en el Frente Popular Darío Santillán, tomamos conocimiento del atropello que familias campesinas de Palma Sola vienen sufriendo, frente al emprendimiento empresarial que la firma CRAM S.A. lleva a cabo en el territorio de sus posesiones. Desde ese momento venimos participando activamente del conflicto y junto a compañer@s de otras organizaciones de Jujuy, estamos acompañando a las familias en la reivindicación de sus derechos, promoviendo la difusión de esta situación y el involucramiento de distintos sectores de la provincia.

Palma Sola se encuentra en el Departamento Santa Bárbara, al este de la Provincia de Jujuy. Es parte de la región de yungas transición al chaco, se encuentra atravesada por el Arroyo Santa Rita y por la ruta provincial N° 6. Se trata de una zona estratégica para la integridad del corredor biológico proyectado entre las áreas protegidas de la zona.

De 3 a 5 km antes de llegar al centro de la localidad de Palma Sola, dentro de las 10.000 has. que conforman el título de propiedad en disputa, habitan alrededor de 20 familias agricultoras y 12 familias ganaderas que tienen derecho de posesión que les otorga los años que viven y trabajan en estos predios.

Lobo suelto, cordero atado
La empresa CRAM S.A. tiene como presidente de su directorio a René Macedo, y como apoderados a Horacio Macedo, padre e hijo. Horacio Antonio Macedo es el actual embajador en el hermano país de Bolivia y tiene una amplia trayectoria como funcionario de la provincia de Jujuy, mano derecha del actual presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Eduardo Fellner. Horacio Macedo hijo es el actual Secretario General de Gobierno de la Provincia de Jujuy.
El avance en el territorio de esta empresa está en el marco de un Proyecto financiado por el BID para la “compra de inmueble rural para desmonte y explotación”. Este emprendimiento empresarial tiene permiso para desmontar alrededor de 1090 hectáreas para la producción de poroto y soja transgénica y viene desconociendo la posesión de las familias que habitan por generaciones estas tierras. Ya tienen una avance de al menos 200 has.

El permiso de desmonte se otorga en el marco de un irregular Plan de Ordenamiento Territorial provincial: sin difusión, sin participación de instituciones ni organizaciones ni de los habitantes de cada localidad, y aprobado por decreto.

En el marco del Plan de Ordenamiento Territorial de Jujuy, Palma Sola originalmente estaba asignada como zona de mediana necesidad de resguardo, donde no es posible hacer desmontes totales y donde es necesario hacer aprovechamiento sostenible con ganadería silvopastoril, turismo o investigación científica (compatible con el modo de vida de las familias campesinas del lugar). En el último tiempo esta idea original fue mágicamente modificada y Palma Sola pasó a constituirse en zona con luz verde para el desmonte total y para la agricultura a gran escala, explícitamente pasó a ser zona liberada para el monocultivo (soja, caña de azúcar, etc.) en el marco del boom de los agrocombustibles. Este no es un dato menor si se observa la relación que existe entre los funcionarios públicos a cargo de la implementación de esta ley y los intereses empresariales de CRAM S.A. Ya los cuentos infantiles advierten sobre los problemas que conllevan que el lobo cuide a las ovejas.

Historia y actualidad del barrio “Nueva Esperanza”
En el año 2001 Palma Sola sufrió una catástrofe por la crecida del arroyo Santa Rita que cruza por medio de la localidad. El alud dejó un saldo de 6 muertos, 3 desaparecidos, 1300 familias evacuadas y 147 viviendas destruidas o inhabilitadas. El monte existente en ese año no pudo absorber la gran cantidad de agua precipitada en tan poco tiempo. Si bien este fenómeno tiene una base en las condiciones naturales del lugar, no podemos dejar de ver que la disminución de la cobertura boscosa aumenta exponencialmente los riesgos de alud en la zona donde habitan al menos 6000 personas que viven básicamente de la producción agrícola ganadera.

A partir de este alud, y como forma de subsanar las pérdidas de viviendas sufridas, el estado construyó el barrio “Nueva Esperanza” en tierras expropiadas a los títulos de las 10.000 has. en cuestión. Estas familias, hoy, como vecinas de las plantaciones de soja, vienen siendo víctima de una catástrofe más silenciosa, de exclusiva responsabilidad de la insaciable voracidad de la lógica empresarial: a sólo 10 metros de las viviendas, CRAM S.A. está fumigando con glifosato con aviones, no sólo la tierra que sembrará con soja transgénica, sino también a las familias reubicadas que habitan este barrio.

Los métodos y el estado colaboracionista
CRAM S.A. no se conforma con amedrentar, amenazar, destruir bienes, envenenar y buscar desalojar violentamente a las familias campesinas en manos de sus encargados Eladio Gómez Samoral y Eusebio Díaz. Con el consentimiento de algunos funcionarios locales, Horacio Macedo hijo, hace unos días se presentó en la zona con la intención de dividir las familias campesinas, prometiendo a algunos la “donación” de la tierra y a otros sólo desalojo y muerte.

Este conflicto particular está lejos de ser aislado y es similar a los hechos que vienen ocurriendo (por nombrar los más recientes) en Finca Las Costas, a 15 km. de la ciudad de Salta, o en la quebrada del Toro, también en la provincia de Salta. Donde los intereses empresariales, aliados a las fuerzas políticas hegemónicas, buscan desalojar a familias que viven y trabajan la tierra. Los desalojos a comunidades aborígenes e históricos campesinos trabajadores de la tierra, lejos de desaparecer, se profundizan con el aval de las fuerzas de seguridad del Estado que sistemáticamente criminalizan a los poseedores y reivindican a los empresarios y políticos usurpadores.

El caso Palma Sola, particularmente, se trata de la punta de lanza en el avance de la frontera agropecuaria y de los monocultivos en una zona jujeña históricamente dedicada a la pequeña y mediana producción de ganado a monte abierto, hortalizas, verduras y citrus, que permite a cientos de familias vivir de lo que producen y en equilibrio con la naturaleza.

Se trata del avance del capital y de un modelo de saqueo y contaminación que se viene profundizando en distintos rubros de la producción como también es el caso de la megaminería, donde los beneficios se concentran en unas pocas manos y los perjudicados actuales y futuros somos la mayoría de nosotros. El monocultivo a base de agrotóxicos es una producción altamente contaminante, expulsa a la población rural, desalojando y no generando fuentes de trabajo, y es una actividad extractiva prácticamente irreversible que se lleva consigo la riqueza y la biodiversidad de nuestra tierra.