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domingo, 27 de septiembre de 2009

COMUNICADO: LOS DESPIDOS SON VIOLENCIA CONTRA LOS TRABAJADORES

Por Partido Revolucionario de los Trabajadores

Si alguna vez alguien dudó de cuál es el papel del estado burgués respecto de la clase obrera y el pueblo, y cuál es su rol para defender a las patronales, alcanza con observar los últimos hechos políticos que vivimos en el país.
Cuando los "piqueteros terratenientes" provocaron cortes en rutas PÚBLICAS y produjeron el desabastecimiento de toda la población el año pasado, el estado burgués envió a la gendarmería DESARMADA para "persuadirlos" –objetivo no logrado- y DESVIAR el tránsito PERMITIENDO y GARANTIZANDO los cortes. Ni una bala de goma ni un gas lacrimógeno ni un palazo ni un procesamiento para nadie.
Cuando Kraft (ex Terrabusi) despidió a 164 trabajadores el estado burgués mandó a la policía armada hasta los dientes para proteger la PROPIEDAD PRIVADA de la multinacional que se dio el lujo no sólo de despedir, sino de mantener desprotegidos a sus trabajadores de las más mínimas normas de seguridad del trabajo en plena epidemia de Gripe A.
No hubo ningún juez que aplicara las propias leyes burguesas para garantizar el abastecimiento del país decretando la ilegalidad del lock out patronal del campo y aplicando la ley de abastecimiento que la misma burguesía ha pergeñado, se supone, para "defender" los derechos del conjunto por encima de los intereses sectoriales.
En cambio, sí hubo un juez que decretara la ilegalidad de la legítima medida tomada por los trabajadores de Terrabusi en defensa de sus puestos de trabajo.
Hoy, con las mismas balas de goma, los gases y los palos que se ahorraron en el corte patronal de ruta, reprimieron a los trabajadores que desde hace varios días vienen efectuando el JUSTO RECLAMO de ser devueltos a su fuente de trabajo.
Mientras tanto, el paro que permitió a la multinacional deshacerse de su superproducción contó con la vista gorda de Rodolfo Daer, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación, quien en vez de defender a los trabajadores, se puso del lado de la patronal porque los delegados de esa fábrica no responden a sus patotas ni son parte de sus "muchachos".
El estado burgués está para proteger la propiedad privada de la clase privilegiada y dominante porque es parte de ella y detenta el poder. Para ello, si tiene que apelar a sus fuerzas de seguridad, si tiene que invertir en balas de goma o gases, no escatima esfuerzos y si en el camino de la defensa de sus intereses tiene que reprimir a mansalva, tampoco.
¿La falta de salud, de trabajo, de alimentos, de justicia, no es violencia sobre nosotros…? A nadie debería asombrar el surgimiento de la violencia de nuestra clase, cuando la violencia de la burguesía no sólo nunca se detuvo, sino que se acrecienta con la profundización de SU crisis. Son violencia los despidos masivos, las vacaciones anticipadas, las suspensiones, la falta de trabajo y el hambre que provocan. Son violencia la represión, la judicialización de la protesta social, los desalojos compulsivos de casas y fábricas.
Los trabajadores debemos poner contra las cuerdas a nuestros dirigentes sindicales, embretarlos en nuestra defensa y exigirles que cumplan con su rol,recordándoles que iremos a la lucha con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes, frasecita que debería recordar Daer que no fue pronunciada por ningún izquierdista desubicado, sino precisamente, por su propio aparente líder ideológico…
Denunciamos la complicidad de Daer, Moyano y el resto de los "dirigentes sindicales" con las patronales y el abandono a su suerte de los trabajadores que dicen representar.
El Partido Revolucionario de los Trabajadores REPUDIA la represión ejecutada contra los trabajadores de Terrabusi y se solidariza con ellos a la vez que responsabiliza al Gobierno Nacional y al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires no sólo de la violencia engendrada sino también por la seguridad física de cada uno de los compañeros, a la vez que se suma a los reclamos de la inmediata reincorporación de cada despedido y el cese de la criminalización de la protesta social y la represión sobre trabajadores y sectores desprotegidos de la sociedad.