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martes, 2 de junio de 2009

WAL MART SUFRIÓ EN BARILOCHE EL ALTO PRECIO DE SUS COSTOS BAJOS

Buenos Aires (Cuerpo de Delegados de Wal-Mart Avellaneda).-El 29 de mayo, el concejo deliberante de Bariloche rechazó un proyecto para abrir en esa ciudad una sucursal del supermercado Chango Más, de la cadena norteamericana Wal-Mart.
Los concejales que se opusieron a la iniciativa consideraron que el emprendimiento afectará la economía de los pequeños comerciantes locales y ocasionará un incremento del desempleo.
En un principio el proyecto gozaba de una gran aprobación social, incluyendo a la Cámara de Comercio, Industria y Turismo local. Sin embargo, ésta modificó radicalmente su postura al tomar conocimiento de las consecuencias que sufrirían los pequeños comercios afectados por la competencia de la multinacional, posición a la que se sumó el Sindicato de Comercio, que realizó una numerosa manifestación en el Centro Cívico con el argumento de que por cada empleado que tomara Wal-Mart, siete quedarán sin trabajo en otros comercios.
Es la primera vez en el país que una comunidad le baja el pulgar a Wal-Mart, aunque una parte de la sociedad considera beneficiosa la llegada de la multinacional por los precios bajos y la fuente de empleo que promete generar.
Se argumentó que los dólares que entraran a Bariloche como consecuencia del turismo sufrirían el efecto “puerta giratoria”: así como lleguen se irían de nuevo a engrosar las cuentas bancarias de los dueños de Wal-Mart, que según la revista “Forbes” de los 10 primeros lugares en el ranking de las fortunas más grandes del planeta, cinco corresponden a miembros de la familia Walton, propietarios de Wal-Mart.
Se sabe que internamente ha pegado duro esta noticia, sobre todo a los directivos nacionales que deben explicar a la casa matriz de Wal-Mart este rotundo fracaso que tuvo como uno de los principales puntos en contra las paupérrimas condiciones de trabajo a las que tiene sometidos a sus trabajadores en el mundo y cuyo modelo se reproduce en Argentina.
Esto explica a las claras las presiones ejercidas sobre los ediles barilochenses para que aprueben el proyecto, situación que hizo pública el presidente del Concejo, Darío Barriga, quien denunció que Wal-Mart estuvo "metiendo el dedo donde ya saben", y "presionando a los concejales".
Situación similar vivieron los delegados de Wal-Mart Avellaneda, unos días antes de que el proyecto naufragara: el presidente de Wal-Mart Argentina se presentó en la sucursal donde les hizo saber su malestar e hizo alusión explícita al comunicado emitido por éstos donde advertían sobre las condiciones laborales y salariales en Wal-Mart.

¿Para qué hablás con el delegado?
Los gerentes suelen recordarles a los “asociados” (en la jerga de la empresa, la palabra asociado se utiliza para nombrar a los empleados) que para plantear cualquier inquietud no precisan de “terceros”, en alusión a los delegados gremiales y el sindicato. Para eso están las “puertas abiertas”, suelen remarcar con insistencia.
Siguiendo el consejo gerencial de no apelar a terceros para peticionar, en diciembre de 2006 los trabajadores formularon un reclamo de aumento salarial al presidente de Wal-Mart; éste respondió que esos temas no se discuten con los “asociados” sino con la Federación de Empleados de Comercio.
Lo mismo respondieron el pasado 26 de mayo cuando en el Ministerio de Trabajo de Avellaneda fueron intimados por el cuerpo de delegados a regularizar la situación contractual de los trabajadores que son contratados por jornada parcial y luego destinados a cumplir jornada completa.

El Comité de "Estética"
Lo mismo sucede con el “Comité de Ética Global”, una especie de entidad máxima que resguarda la “alta moral” de Wal-Mart frente a las fallas éticas que puedan surgir en su seno.
En diciembre de 2006, el Comité de Etica Global recibió la denuncia donde se le reveló que en Argentina se ejercían tratos discriminatorios contra los trabajadores afiliados al sindicato, quienes eran marginados de los premios y ascensos por su condición de afiliados.
El Comité de Ética Global exigió pruebas, hechos, situaciones, que le fueron enviadas detalladamente, luego de investigar el asunto, reconoció la discriminación sindical pero se excusó de tomar decisiones tendientes a corregir la conducta peyorativa alegando que las leyes estadounidenses no castigan la discriminación sindical, por lo tanto “ser discriminado por ser afiliado al sindicato no es violación de su libro ético”.
Unas semanas después despidió al denunciante y aunque los directivos de Argentina pretendieron seguir negando la existencia de prácticas discriminatorias contra su personal afiliado, casualidad o no, pocos meses después trabajadores afiliados al sindicato a quienes históricamente se les había negado alguna promoción, comenzaron a ser ascendidos.
Wal-Mart reconoció luego ante el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y el Racismo) que si bien no estaba enterada de la denuncia realizada desde la tienda Avellaneda al Comité de Etica Global en diciembre de 2006, casualmente entre enero y abril de 2007 las capacitaciones, premios y promociones otorgadas a los trabajadores de Wal-Mart Avellaneda, en un 80% benefició a los trabajadores afiliados al sindicato.

Listas negras
Estas prácticas persecutorias no se limitan a la sucursal Avellaneda. En marzo de 2007 en el Centro de Distribución que Wal-Mart tiene en la localidad de General Rodríguez, luego de un conflicto por reclamos salariales, sus directivos ordenaron a los gerentes de las distintas áreas a armar “listados” con los nombres de los trabajadores que participaron en la medida de fuerza.
Un fragmento del memo interno que el director del establecimiento les envió a los gerentes dice textualmente: “Recuerden que el criterio es identificar aquellas personas que aprovecharon la situación para generar conflicto”.

Una tienda nueva con viejos vicios... viejísimos
La situación de desprotección laboral, maltrato y abusos patronales hoy logran su mayor expresión en la provincia de Córdoba, en la sucursal ubicada en avenida Circunvalación 2557, entre David Zambrano y O’Higgins, al sur de la capital cordobesa, inaugurada hace poco más de un año, allí los trabajadores viven una situación preocupante debido a las pésimas condiciones laborales con el agravante que el sindicato que los nuclea, incauta sus aportes sin aportarle representación.
Cuando fueron a solicitar la convocatoria a elecciones para elegir delegados la respuesta fue que ningún trabajador cuenta con el año de antigüedad como afiliados al sindicato, requisito esencial para postularse; aunque el Art. 41 de la ley 23.551 diga que “en los establecimientos de reciente instalación no se exigirá contar con una antigüedad mínima en el empleo”.
La falta de información sobre los derechos que padecemos los trabajadores en general habilita el terreno propicio para los abusos patronales y el completo abandono del ejercicio de la representación por parte del gremio.