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lunes, 16 de marzo de 2009

EDITORIAL:LOS PLATOS ROTOS DE LA GIRA

"Se de alguien que obliga a su aventura a pagar los platos rotos de la gira/ es el rufián arrepentido de los días /el único grito que valía/ Pintan mal las cosas para él mi viejo/pintan mal/Maldición! Va a ser un día hermoso".
(P. Rey y sus redonditos de Ricota)


El sistema capitalista es el único sistema económico que ha desarrollado el ser humano, en el cual los estados de crisis están asociados a procesos de abundancia y opulencia y no de escasez; es decir, contrariamente a cualquier razonamiento lógico en donde la situación de crisis dentro de una organización económica esta dada como resultado innegable de una situación de fatalidad ( una gran sequía, una inundación, una plaga etc. etc.) estamos en este caso ante un sistema que provoca crisis cuando se llenan las alacenas. El problema señores es de abundancia. De sobreproducción. Este sistema produce mas de lo que potencialmente puede ser demandado por el dinero que circula entre los consumidores del mundo. Cuando los depósitos se llenan de mercancías, los capitalistas avisan al mundo de la crisis, de que ya no necesitan quien siga juntando la cosecha, porque los depósitos están llenos.
Es sabidamente conocido por los economistas la existencia de ciclos e interciclos de buenaventura y crisis en la economía capitalista, y depresiones como la de 1930 han llevado a replantear el concepto de laissez faire (dejar hacer, dejar pasar) apuntando los dardos directamente al Estado como directo regulador de los procesos económicos. La doctrina del liberalismo económico fundada en la libre iniciativa individual movida por el deseo de lucro en la libre competencia, reguladora de los precios y la producción y en el libre juego de las “leyes económicas naturales o del mercado” debía recular ante su propia incapacidad de frenar oportunamente el apetito de lucro y , por ende la producción. Al sobrevenir la sobreproducción, con caída de precios y desocupación, las depresiones económicas, las crisis, hicieron sus estragos sociales, con todo rigor. Dentro de este contexto la recuperación de la crisis de 1930 estuvo dada a partir de la intervención del estado en la economía, en un gran operativo de salvataje empresarial, y unos cuantos parches a las consecuencias sociales de sus partidas, pero que básicamente no planteaban una solución estructural a las diferencias sociales, sino por el contrario reactivar el consumo y así la acumulación de capital.
De aquí en más ya no bastarían las fuerzas solas del mercado, para poner a flote la economía, y el Estado tendría que intervenir.
Una vez recuperada la economía alcanzando ciclos de expansión como en la década del 60, los mismos sectores dominantes rescatados de las ruinas volvieron a cuestionar el papel del estado que se había transformado ahora en un obstáculo para sus márgenes de rentabilidad, proponiendo retomar las sendas del laissez faire, y constituyendo la vertiente neoliberal del capitalismo.
Así asistimos durante los últimos 30 años, al desmantelamiento del Estado en sus funciones sociales y reguladoras de la producción, dejando el juego abierto de par en par a los grandes grupos económicos nacionales y multinacionales, que fusionaban las distintas vertientes de acumulación (producción, comercio y finanzas) para terminar de adueñarse de todo.
El nuevo ciclo económico marca el inicio de otra profunda crisis en el 2008, y aquí están los defensores del neoliberalismo acudiendo nuevamente a los distintos estados nacionales a operar los mecanismos de salvataje de sus fortunas. Las erogaciones de Bush para salvar a los grandes grupos financieros, los megasalvatajes de los países centrales, la suspensiones de las retenciones a las exportaciones en nuestro país, los estímulos al consumo mediante los créditos, el despido masivo de trabajadores en cada rincón del mundo, etc etc, son las nuevas variables que no tan nuevas se repiten en esta crisis económica mundial.
Esta lucha de hoy que se manifiesta en las calles del mundo, es por quien paga los platos rotos de esta gira desenfrenada del capital. Si los trabajadores, o la burguesía (en todas sus vertientes: productiva, financiera, terrateniente, comercial).
Achicando el ángulo de observación: ¿ de que se trata sino, la oligarquía terrateniente al costado de la ruta pidiendo al estado la anulación de las retenciones a la exportación que regulan sus desmesurados márgenes de acumulación? ¿ de que se trata sino, las cámaras comerciales y empresariales presionando al estado para el lanzamiento de créditos al consumo? ¿De que se trata sino, eso de ver docentes cortando una ruta para que sus demandas de dignidad sean escuchadas? ¿De que se trata sino?
Sencillamente de quien paga los platos rotos de la gira. Los mismos sectores económicos que profesaron el achicamiento del Estado exclusivamente a sus funciones represivas, ahora no encuentran soluciones en el libre mercado y piden su salvataje a costillas del pueblo!!
“El estado rionegrino no tiene plata” Dice el gobernador Saiz mientras la provincia se le desborda… Plata hay. Riqueza, sobra. El problema es a donde se destinan los fondos, si a salvar a la burguesía, o si la recuperan los trabajadores.
¿Hasta cuando vamos a soportar los constantes reacomodos de los márgenes de rentabilidad que desde la crisis social y política de 2001 vienen realizando los empresarios y que todos llamamos inflación?
La pulseada no se dirime con buenas intenciones, ni con paciencia, ni en una mesa. Se dirime en la calle. Quizás sea el momento de recuperar aun más fabricas, echando a mas patrones para repartir ese plusvalor que ya no los conforma, quizás sea el momento de tomar mas rutas, de construir más y más barricadas, porque de eso se trata…. De quien paga los platos rotos de la gira…